La vivienda en alquiler vive, en líneas generales, un momento muy dulce. Y no sólo en el centro de las grandes ciudades. El esplendor del arrendamiento también llega a su vertiente vacacional de la costa, donde las rentas se han encarecido cerca de un 10% para este verano respecto al periodo estival de 2016, según el informe anual de este mercado de la tasadora TecniTasa para 2017.
Esta noticia se traduce en que los millones de familias que opten por el arrendamiento de una vivienda en la primera línea de playa para pasar sus vacaciones en alguna de las costas de la Península o de las islas tendrán que pagar 65 euros más de media por una semana. En concreto, la renta tipo de una vivienda en el litoral ha escalado para este verano a 729 euros semanales, mientras que este importe se situó en 664 euros en 2016. Además, el precio para este año es un 30% más alto que en 2014.
La subida de las rentas, basada en testigos reales de TecniTasa en cada zona, refleja el comportamiento de un mercado que se mueve con varios meses de antelación. Y es que a estas alturas del año buena parte de los arrendatarios de apartamentos playeros ya tiene contratado su alojamiento. A los que van rezagados ya saben lo que les espera: precios bastante más altos que hace un año.
El gran factor que impulsa los precios del alquiler vacacional en la playa, al igual que en el caso del residencial, es el gran incremento de la demanda, según los expertos. Pura ley de la oferta, que se mantiene o crece ligeramente; y de la demanda, que aumenta de modo importante. «Todos queremos la primera línea de playa y, por el diseño de las ciudades con franja litoral, la Ley de Costas y la legislación aplicable, no hay para todos, por lo que la variable del precio manda», advierte José Antonio Pérez, director de la Cátedra Inmobiliaria en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE) y uno de los grandes conocedores del mercado inmobiliario en la costa española.
Por otra parte, este mayor número de potenciales turistas-inquilinos responde, principalmente, a una recuperación económica que cada vez es más nítida, como explica José María Basañez, presidente de TecniTasa: «De forma paralela a la consolidación de la recuperación económica en España se confirma la tendencia al alza en el coste medio del alquiler para las vacaciones de verano en las distintas playas». Esta opción, al ser más barata que un hotel, permite, fundamentalmente, unas vacaciones más asequibles a las familias con menores recursos económicos. Según datos de TecniTasa, el coste promedio por persona y día en un apartamento arrendado en primera línea ronda los 26 euros, oscilando entre los seis o siete euros en las zonas más económicas y entre los 40 y 50 euros en las más caras.
El aumento de la demanda lo ratifica también TecniTasa. «Además del incremento del 10% de los precios, otra variable relevante detectada por los técnicos de la tasadora es el incremento significativo de la ocupación en muchas zonas, si bien este aspecto no es parte explícita del estudio», remarca Fernando García-Marcos, director técnico de TecniTasa. «Obviamente, esta recuperación de la demanda responde a la mejora de la economía española en general», recalca.
A este auge de la demanda han contribuido, sin duda, plataformas on line especializadas como HomeAway, desde donde se puntualiza que el alquiler vacacional en la costa experimenta un crecimiento sostenido desde 2012. Joseba Cortázar, portavoz de HomeAway, destaca que empresas como la suya han dado «una escala global a un fenómeno que ya existía». «Hemos permitido la internacionalización de este arrendamiento con garantías suficientes para reservar de forma rápida, sencilla y segura», manifiesta.
Más demanda nacional
Cortázar señala que el 55% de los usuarios de HomeAway son nacionales y el 45% extranjeros, y el producto tipo más requerido es una casa completa para familias de cuatro miembros para una estancia de seis noches.
Sobre la posibilidad de comprar en vez de alquilar, Pérez admite que una buena parte de veraneantes sólo concibe el arrendamiento, ya sea porque no puede adquirir o porque, directamente, no quiere. Este economista define con una afirmación tajante la situación del sector de la compraventa en la playa: «No quedan chollos y si no compra hoy, mañana estará más caro». En cuanto al alquiler, avisa de que o se reserva con tiempo o no hay nada.
Como ocurre en la compraventa, el segmento del alquiler vacacional de playa está sujeto a una alta heterogeneidad, como refleja el estudio de TecniTasa. Poco o nada tiene que ver el mercado en Baleares, donde los precios están por las nubes por el empuje de demanda extranjera y nacional de alto poder adquisitivo en busca de playas paradisíacas, con el del norte de la Península, que cuenta con la oferta más barata, con Canarias, y su asequible mostrador, o con el estable escaparate del arco mediterráneo.
Burela y Santa Eulalia, los dos polos del mercado
De este modo, según TecniTasa, la primera línea de playa en el municipio lucense de Burela y la Cala Martina en Santa Eulalia (Ibiza) representan los dos extremos del alquiler en la costa. En el primer caso puede accederse a un piso de 60 metros por 200 euros toda la semana -igual que en 2016-, mientras que en el segundo, el arrendatario deberá desembolsar hasta 3.400 euros para pasar siete días en un apartamento de 100 metros.
La separación de estos polos opuestos en cuanto a las rentas se debe, fundamentalmente, a la principal variable del mercado: la localización. «Existen calidades objetivas que influyen en la determinación de los precios máximos y mínimos, como la propia calidad de las viviendas o de la trama urbana, la cantidad y calidad de las dotaciones y servicios así como las playas próximas, pero el principal factor para las diferencias de las rentas es el propio enclave», asegura García-Marcos.
Respecto a la evolución de las rentas, la gran mayoría de enclaves arrojan incrementos. Apenas un 10% de las áreas registran ajustes, con L’Escala (Girona) y la Playa de la Concha, en Suances (Cantabria) a la cabeza. En la localización catalana, la renta media semanal ha caído de 1.155 a 850 euros, mientras que en el destino cántabro se ha reducido de 595 a 500 euros. Vera, en Almería, es el otro punto con una oferta que se ha abaratado a ritmo de dos dígitos (un 10%, de 500 a 450 euros semanales).
Muchas alzas, pocos ajustes
Estos contados ajustes son excepciones en un mar de subidas de precios. Algunas desorbitadas. Hasta un 68,3% se ha encarecido el alquiler en la citada Cala Martina -la renta media en 2016 estaba en 2.020 euros-, o un 33,3% en la primera línea de playa de Sitges, donde un apartamento de 60 metros cuadrados cotiza a 1.600 euros -1.200 euros en 2016-. El mismo encarecimiento ha experimentado un apartamento de 80 metros en el Paseo Marítimo de Sant Antoni Portmany (Baleares) al pasar de 1.800 a 2.400 euros.
En este sentido, cabe remarcar el aumento de los precios en la playa de El Saler (Valencia) y en la zona de la Patacona, anexa a la playa de la Malvarrosa (Alboraia), del 47% y 42,8%, respectivamente. Al tratarse de rentas más bajas, los aumentos porcentuales se producen con una mayor intensidad. En concreto, en El Saler el precio medio semanal de la oferta disponible ha pasado de 340 a 500 euros y en Patacona de 525 a 750 euros.
García-Marcos explica este baile en la evolución de las rentas mirando de dónde viene el mercado. «Por tratar de aportar una pauta, las subidas han sido más relevante donde la crisis ha sido más dura, como es la costa levantina; mientras que en zonas del norte los incrementos son menos importantes, inferiores al 5% o incluso aún hay algún punto con ligeros descensos», expone.
Los particulares, los principales arrendadores
Por otra parte, en cuanto al ofertante, Cortázar indica que el 70% las casas en HomeAway las comercializan particulares y el 30% está en manos de gestores profesionales. El portavoz del portal ensalza, no obstante, la gran profesionalidad de los arrendadores de a pie. «Entre los requisitos, todos los anunciantes deben demostrar la titularidad del alojamiento y cumplir con las leyes. Y para asegurar la calidad del producto, cuando una casa tiene tres opiniones críticas publicadas por diferentes usuarios se retira», explica.
Entre los gestores profesionales de este producto hay muy diferentes perfiles. Incluso promotoras de prestigio como TM Grupo Inmobiliario. A través de su filial Mar Holidays!, creada en 1999, esta firma, entre otros servicios, se ofrece para arrendar los pisos de los propietarios TM. «Abarcamos todo el proceso después de la compra gracias a los servicios worry free: mantenimiento, custodia de llaves, reformas, oferta de ocio e incluso el alquiler de la vivienda para obtener una rentabilidad durante el tiempo que no se disfrute», relatan desde esta compañía.
«Con los años, hemos ido especializando y ampliando esta oferta», especifica Ángeles Serna, presidenta de TM, quien tiene claro que la compra para arrendar cada vez interesa más. «Creemos que es un buen momento para este negocio y pensamos que muchos compran sin intención de alquilar, pero al conocer el servicio que prestamos pueden acabar contratándolo. Es decir, disfrutar de su casa y obtener una rentabilidad», comenta, citando varias promociones de TM como «residenciales con características ideales para inversores» (Mar de Pulpí -costa almeriense-, Sunset Drive -Benidorm-, Infinity View -Los Arenales del Sol- y Arenal Beach -Calpe-).
Serna percibe el crecimiento del arrendamiento turístico en el aumento de la demanda del servicio del alquiler vacacional incluido en la gestión integral de TM. Y añade: «Aunque la mayoría de los demandantes son particulares, la cifra de empresas internacionales que busca este tipo de inversión está subiendo». La presidenta de TM también remarca la aparición de clientes inversores que compran para alquilar y que buscan, sobre todo, pisos de dos habitaciones en primera línea.
Viendo la realidad que describen los entendidos del alquiler vacacional en la costa -con rentas y demanda claramente al alza-, todo indica que este mercado ha salido definitivamente a flote, y con mucha fuerza.
Fuente: El Mundo